Se fue.
Y lo sabías.
Sabías que ocurriría, que se marcharía. Sabías que te iba a doler. Sabías desde el principio, que esto tendría un final. Y decidiste intentarlo. Porque, ¿por qué no? No perdías nada. Y ahora sientes que lo pierdes todo. No pasa nada, lo tenías que intentar. ¿Que hubiera pasado si...? No podrías vivir con eso. Lo sabías.Pero ahora que lo has perdido, que ya no hay marcha atrás. Piensa. Mereció la pena.
Lo sabes. Mereció la pena porque cuando te acuerdas de esa persona, de los momentos vividos, solo puedes sonreír y pensar que valió todo lo que pasaste. Todo lo que sufriste. Porque hubo momentos duros, tal vez incluso más que buenos. Pero lo cierto es que, si hay que elegir, preferías estar discutiendo con él a estar haciendo el amor con cualquier otro. Lo sabes. Y lo sabes porque hasta cuando os peleabais te enamorabas cada segundo más de él, porque hasta cuando él hacía mal las cosas no podías evitar perdonarlo. Porque le querías. Y él te quería a ti. Lo sabes. Porque cada beso era especial, cada momento con más intensidad vivido que el anterior, cada vez como la primera. Cuando todo pase y conozcas a otra persona. Te despiertes y veas la cara de otro.
No encontrarás a nadie como él. Lo sabrás. Y lo sabrás, créeme que si, estarás muy segura. Porque nada será lo mismo. Dicen que solo nos enamoramos una vez en la vida, y que el resto del tiempo nos lo pasamos buscando a alguien con quien sentir lo mismo. Y tú no consigues sentirlo.Porque con él no hacia falta ser de ninguna manera para que todo fuera perfecto, especial. Solo tenía que ser él. Con esas manías que tanto odiabas, y esas bromas que detestabas. Esas veces que le dijiste que parara. Y ahora darías lo que fuera porque siguiera ahí el resto de tus días. Sabrás que no habrá nadie como él por el simple hecho de que, cuando se fue, dejó un hueco dentro de ti.
Y en ese hueco solo encaja una persona.
